mi cronopio

        ahora pasa que las tortugas son grandes admiradoras de la velocidad, como es natural.
        las esperanzas lo saben, y no se preocupan.
        los famas lo saben, y se burlan.
        los cronopios lo saben, y cada vez que encuentran una tortuga, sacan la caja de tizas de colores 
y sobre la redonda pizarra de la tortuga dibujan una golondrina.

                                                                                                                          julio cortázar

recordando a julio cortázar,
volví a uno de mis textos de cabecera preferidos.
y experimenté como siempre,
esa sensación enorme
de gusto e inspiración.

también recordé
que a mi gran amigo lagunero -hoy chilango-
en épocas de cañas y ciutat comtal,
su oso de cañerías
le inspiraba el deseo de tener un hijo a quien leer.
hoy tiene dos.

julio creó a los cronopios,
que en realidad ya estaban creados.
pero él les puso nombre y color.

julio fue, es y será inspiración.

y sus cronopios que cada día nos rodean,
alegran,
y dan sentido a nuestras vidas;
siguen activos y observando,
siempre munidos
de esas pequeñas cajas de tizas de colores
en sus bolsillitos.

y con esa maestría angelical,
dibujan alas en nuestras ásperas pizarras.
hasta que sin darnos cuenta,
volvemos a volar...

de contento,
de ganas,
de inspiración.

no importa la edad,
el tamaño,
o el color del cronopio.
lo que importa
es que les dejemos dibujar.

p.d.:

los cronopios no sólo dibujan alas,
sino que tienen alas...

el mío decidió volar hasta paraguay,
y dibujar alas en las pizarras de sus abuis,
familia y amigos.

tiene 4 años

quién sabe dónde dibujará a los 20...