de a pasitos
el veinte de julio en argentina y el treinta de julio en paraguay
estuvimos celebrando como cada día del año el "día del amigo", el día del que te acompaña.
y entonces me preguntaba, hoy a mis cuarenta, en qué finalmente consiste la famosa amistad?
y la respuesta que encontré -más allá de todo lo que ya se cantó y se escribió a lo largo de tantos años- fue que la amistad es aprender a caminar jugando juntos o juntas. y aunque parezca fácil y natural, aprender a caminar y jugar deben ser de las cosas más trascendentales de nuestras humanas vidas.
con los amigos aprendemos eso, a caminar cerca, corazón a corazón. a amarnos entrañablemente entre carcajadas y una que otra lágrima. con virtudes y aún más con defectos, con similitudes y aún más con diferencias. a conocernos, muchas veces nuestros amigos nos conocen más que nosotros mismos.
cuando se ama a alguien, no importa a dónde te lleven los vientos o los caminos, a los amigos no se los abandona jamás por más lejos que se vayan. si un amigo se queda en la ruta y no le podés ayudar a arreglar el auto, te quedás a pasar la noche y el frío con él. ni en el más remoto pensamiento se te ocurre abandonarlo... y el regalo, qué más, es religiosamente un tremendo amanecer.
un amigo siempre te espera, no importa el tiempo que pase, los kilos que subas o las canas que aparezcan. la llegada de un amigo, su alegría o su tristeza se siente siempre en el plexo solar; y desde allí se lo ama y se lo añora cuando no está a tu lado.
siempre pienso en qué es lo que más les desearía a mis hijos para sus vidas además de salud y amor.
hoy no tengo dudas, les deseo que sean buenos amigos de sus buenos amigos.
pasito a pasito.
y entonces me preguntaba, hoy a mis cuarenta, en qué finalmente consiste la famosa amistad?
y la respuesta que encontré -más allá de todo lo que ya se cantó y se escribió a lo largo de tantos años- fue que la amistad es aprender a caminar jugando juntos o juntas. y aunque parezca fácil y natural, aprender a caminar y jugar deben ser de las cosas más trascendentales de nuestras humanas vidas.
con los amigos aprendemos eso, a caminar cerca, corazón a corazón. a amarnos entrañablemente entre carcajadas y una que otra lágrima. con virtudes y aún más con defectos, con similitudes y aún más con diferencias. a conocernos, muchas veces nuestros amigos nos conocen más que nosotros mismos.
cuando se ama a alguien, no importa a dónde te lleven los vientos o los caminos, a los amigos no se los abandona jamás por más lejos que se vayan. si un amigo se queda en la ruta y no le podés ayudar a arreglar el auto, te quedás a pasar la noche y el frío con él. ni en el más remoto pensamiento se te ocurre abandonarlo... y el regalo, qué más, es religiosamente un tremendo amanecer.
un amigo siempre te espera, no importa el tiempo que pase, los kilos que subas o las canas que aparezcan. la llegada de un amigo, su alegría o su tristeza se siente siempre en el plexo solar; y desde allí se lo ama y se lo añora cuando no está a tu lado.
siempre pienso en qué es lo que más les desearía a mis hijos para sus vidas además de salud y amor.
hoy no tengo dudas, les deseo que sean buenos amigos de sus buenos amigos.
pasito a pasito.
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