Escribir para seguir #21

ODA A MI PADRE

Mi papá me enseñó a dejar ir por amor cuando tenía 5 años
yo le enseñé a él a dejar ir por amor cuando tenía 56.
Mi papá me enseñó que formar una familia
muchas veces implica ceder
y que aprender a callar algunas veces
no es sinónimo de debilidad
sino de una enorme fortaleza.
Mi papá me enseñó que una copa de helado
es el premio más preciado al que podés aspirar
si la tomás a solas con él.
Mi papá me enseñó que un viaje en auto al trabajo
puede ser el lugar ideal para hablar
de todo lo importante y trascendente de la vida.
Mi papá me enseñó que los hombres buenos
se levantan con idéntico esmero, consagración y alegría
para operar a quien puede pagar sus honorarios
como a quien solo tiene una sonrisa sincera para entregarle.
Mi papá me enseño todas las p
prudencia, perseverancia, paciencia, paz.
Mi papá me enseñó a manejar a los 16
y me regaló autonomía a los 18
cuando ser mujer al volante de noche
era cuestionable en la Asunción de los noventa.
Mi papá me enseñó que no pedir el vuelto
porque siempre está de más
puede llegar a ser el secreto de la felicidad
para una hija.
Mi papá me enseñó a esperar aletargada
en el estacionamiento de un Sanatorio u Hospital
y sentir un orgullo tan grande en el pecho
que no se puede explicar con todas las palabras del diccionario.
Mi papá me enseñó que se puede ser
zapatero, cirujano o pintor
lo que importa es el valor, el empeño y la pasión
que le pongas a las cosas.
Mi papá se parece a Caetano Veloso
pero no canta
eso sí
me regaló una guitarra compañera de sueños.
Mi papá me enseñó a valorar y amar a mi mamá
por sobre todas las cosas.
Mi papá me enseñó que ser su hija
fue como ganar la lotería de entrada
en este juego loco de la vida.
Mi papá me enseñó la gratitud
la inocencia
la ternura
y la fe.




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